lunes, 27 de julio de 2015

Toda una vida

Una minúscula gota de agua resbaló de su barba y cayó sobre la toalla que colgaba de su cuello, instintivamente la miró y vio como durante unos segundos esta quedaba posada sobre la toalla, como una esfera cristalina perfecta en la que se reflejaba un mundo al revés. Pasó unos segundos absorto en este reflejo pensando en qué estaría haciendo su yo de ese mundo invertido.

Todos le esperaban, niños, mujeres y hombres, todos, personas de rostro borroso que no era capaz de recordar bien, como cuando intentas evocar la cara de niño de un hermano pero sólo puedes ver su rostro actual.

Podía escuchar el bullicio desde el lavabo mientras el humo de los cigarrillos se colaba por la rendija de la puerta. El intenso calor le sofocaba, de modo que se refrescó y con paso decidido y un bloc entre sus manos salió a encontrarse con sus invitados.

Todos eran viejos conocidos, y pasó la noche de aquí para allá hablando con ellos, recordando viejos tiempos, antiguos amores, travesuras de su infancia, viajes de joven con amigos, toda una vida. En ningún momento se separó de aquel bloc que le acompañaba, pero ni una sola vez lo abrió o lo mostró.

Pero entre todos los presentes, había una persona con quien todavía no había hablado, parecía que casi lo esquivaba. Se trataba de un señor de pelo canoso, vestido elegantemente, con una barba bien perfilada y una mirada cansada pero tierna.No lo conocía, pero le transmitía una cálida sensación, casi familiar.

Cuando el ambiente se empezó a relajar y la noche empezó a declinar, el hombre se aproximó a él y con voz suave pero firme le invitó a que tomaran asiento en unos sillones en un rincón de la estancia. Fue solo en ese momento cuando abrió el bloc que había estado protegiendo durante toda la velada. Sentados en aquellos sillones vieron pasar la noche mientras conversaban pausadamente, de vez en cuando tomaba notas, dejando escapar una sonrisa tierna con alguna lágrima.

Estaba despuntando el alba cuando notó un sudor frío que le recorría la espalda y el cansancio se apoderó de su cuerpo, aquel hombre, como dándose por enterado de lo que ocurría se levantó lentamente y sin mediar palabra se desvaneció en el aire al contacto con los primeros rayos de sol mientras una sonrisa triste se dibujaba en su boca. La habitación ya estaba vacía, pudo ver como su anfitrión entornaba los ojos en aquel sillón y entraba en un profundo sueño con el bloc en su regazo antes de desvanecerse por completo.

Mariam despertó en el sillón junto a la cama de aquel hospital, como tantas otras noches aquel mes. Como cada mañana, sin abrir los ojos siquiera lanzó un buenos días al aire, pero por primera vez no obtuvo respuesta. El corazón le dio un vuelco, con miedo abrió los ojos y no le encontró tumbado en la cama, estaba intentando tranquilizarse pensando que quizás estaría en el baño cuando lo vio, sentado en el otro sillón, la luz de la ventana le daba en la cara iluminando su sonrisa.

No respiraba, todo había acabado, lo sabía. Aunque había estado preparándose para esto no pudo evitar romper a llorar. Se dirigió a él para darle un último beso y vio que sujetaba un bloc con una nota pegada en la que ponía.

"Cariño, anoche pude sumergirme en una gota de agua y llegar al otro lado, gracias por una vida plena, y por los felices años juntos que sé que me darás. Siempre tuyo"


Página tras página, aquel bloc escondía los detalles de toda la vida que les quedaba por vivir, cada aniversario, cada celebración, cada pelea y reconciliación, cada sueño, y cada arruga hasta una vejez juntos.

sábado, 25 de julio de 2015

"Si me convierto en una serpiente mañana, y comienzo a devorar humanos, y de la misma boca con la que devoro humanos, te grito ¡Te quiero!, ¿Te podré decir Te quiero, de la misma manera que lo hago hoy?"

viernes, 24 de julio de 2015

Hablemos de la vida, hablemos mas bien de las etapas de la vida.

Todos pasamos nuestra vida dividiéndola en etapas, condicionando nuestra forma de ser o actuar por la etapa en la que decimos que nos encontramos, quizás debería haber dicho excusando en lugar de condicionando ahí atrás.

Si nos paramos a pensar, en cualquier momento de nuestra vida estamos en todas las etapas, somos tan libres y tan presos de nosotros mismos como queremos ser, ¿Por qué hacernos estrechos de miras en pos de una idea? ¿Por qué no queremos ver más allá de las que creemos que son nuestras posibilidades?

Quizás sea el miedo, miedo a perder lo que tenemos en ese momento, a las personas que nos rodean en ese momento, a las ideas que nos acompañan. Debo ser un poco raro porque en este aspecto yo a lo que realmente tengo miedo es a perder momentos, cuantas cosas me habré perdido ya por haberme hecho esclavo a mí mismo de una de esas llamadas “etapas”

Creedme si os digo que todos, en todo momento, somos toda la gama de nuestras posibilidades. La única traba entre la realidad y la felicidad somos nosotros mismos.


Piensa que quieres hacer, olvídate de la etapa que te has auto impuesto y hazlo. No hay más.